Más allá de las modas, estudios científicos confirman que el kéfir, la kombucha y el yogur ofrecen beneficios reales para la salud, gracias a sus microorganismos vivos y compuestos naturales.

¿Qué diferencia al kéfir, la kombucha y el yogur?

Kéfir: Es una bebida fermentada que puede hacerse con leche o agua. Se caracteriza por tener una gran variedad de microorganismos que favorecen el equilibrio de la flora intestinal.

Kombucha: Proviene de la fermentación del té, utilizando una colonia de bacterias y levaduras conocida como scoby. Es rica en antioxidantes y suele consumirse como bebida funcional durante el día.

Yogur: Este lácteo fermentado es fuente de calcio, proteínas y cultivos vivos que apoyan la digestión y la salud ósea.

¿Cuándo conviene tomar cada una?

La kombucha, por su parte, funciona bien entre comidas o como una alternativa más saludable a los refrescos, debido a su contenido en antioxidantes. El kéfir es ideal para tomar en ayunas o por la mañana, ya que ayuda a mejorar la salud digestiva gracias a su riqueza en microorganismos.

En cambio, el yogur es una opción nutritiva para incluir en el desayuno o la merienda, aportando calcio, proteínas y probióticos beneficiosos para la digestión y los huesos.

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