Cambios en el apetito, en la cantidad de agua que beben o en el uso del arenero pueden ser las primeras alertas. Orinar fuera de la bandeja, hacerlo con dificultad o maullar al intentarlo no es normal. Tampoco lo es que dejen de comer o coman de más.
¿Qué comportamientos no debes ignorar?
Un gato inactivo o que evita el contacto podría tener dolor o fiebre. El pelaje descuidado también es una señal importante, ya que cuando se sienten mal suelen dejar de acicalarse. Además, un aumento en los maullidos o un cambio en su tono puede ser su forma de pedir ayuda.
Video: Montserrat Ortega.
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