Israel, vendedor de carne con 24 años de experiencia, comparte cómo ha crecido su negocio y enfrentado desafíos
Empezó desde joven con un negocio modesto; hoy, Israel Arreguín recuerda su historia, aprendizajes y heridas en su oficio.
“Vamos a conocer la historia de Israel, quien desde hace 24 años se ha dedicado a la venta de carne, un negocio que le ha dado muchas satisfacciones, pero también lo ha ayudado a cumplir muchos de sus sueños. Nos va a platicar sobre el aumento que ha tenido el precio de la carne en estos últimos años.”
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Israel Fernando Arreguín Rico, vende carne:
“Yo inicié desde muy chavo, empecé para ser exactos el 20 de diciembre de 2001, inicié con un pequeño negocio con lo más básico, que estaba al alcance de mis posibilidades.”
Un oficio noble, pero de mucho sacrificio
A base de sacrificio y luchar todos los días por mantener su negocio, Israel ha tenido su proyecto de vida muy bien trazado. Ha sabido lo que quiere desde que puso manos en la carne, que lo ha formado con conocimiento y experiencia.
Israel Fernando Arreguín Rico, vende carne:
“Tenemos ya 24 años en el negocio, teníamos tres sucursales, ahorita acabo de dejar una de ellas. Este oficio es un oficio que fue una herencia de un tío. Creo que muchos lo conocieron, fue el señor Francisco Rico, fue muy conocido en el gremio de la carne en lo que es Corregidora.”
Se necesitan habilidades y conocimientos para los cortes
Este oficio requiere de habilidades manuales y conocimientos técnicos sobre los cortes de carne, ya que cuando llega el cliente la atención se vuelve cien por ciento personal.
José Diego Bárcenas Manzo, tablajero:
“Yo empecé a los 14 años en otra sucursal, en otra carnicería, pero ya aprendiendo todo lo que sé, vine a aprenderlo aquí. En algunos tiempos de reflexión de mi vida, sí he llegado a creer o pensar que mejor le hubiera echado ganas a la escuela, de verdad.”
Se ha mantenido por bastantes años
Esta actividad ya tiene bastantes años y se ha mantenido a través del tiempo. Algunos han tenido que adaptarse a los cambios y preferencias de los clientes y, por supuesto, a nuevas tecnologías, siempre cuidando su bienestar, ya que es un trabajo donde se arriesga el físico, principalmente las manos al usar cuchillos bien afilados.
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Israel Fernando Arreguín Rico, vende carne:
“Yo a los 19 años me volé un pedazo del dedo meñique de la mano derecha, me quedó una deformación de mi dedo, y pues de ahí, pues sí hemos tenido bastantes cortadas. Ahora sí que es lo que nos hace al carnicero.”
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