Para muchos la lucha libre aparte de ser un espectáculo es una terapia, entre gritos, máscaras y energía desbordada, la gente refiere viene a sacar el estrés que carga toda la semana. Los gritos les ayudan a sacar su coraje, olvidarse del trabajo y a sentirse parte del ruido, de la energía y aprovechar y divertirse.

Información de Rubén Rangel.

Un sueño y tres rounds separan a los boxeadores amateurs del éxito