Expertos explican que esta percepción surge cuando la amígdala reacciona con intensidad debido a experiencias previas de rechazo. Así, cualquier gesto o comentario se interpreta como amenaza, lo que alimenta la ansiedad y refuerza la idea de ser evaluados de manera constante.
¿Por qué creemos que los demás nos juzgan?
Especialistas han señalado que la vergüenza funciona como un miedo a perder conexión con los demás. Esa emoción lleva a muchas personas a ocultar partes de sí mismas, al creer que de esa manera encajarán mejor.
Video: Montserrat Ortega.
Conoce el “efecto labial”: lujos que tomamos en tiempos de incertidumbre








