Como cada año, el centro histórico se llenó con el son de los tambores, el brillo de los penachos y el ritmo de los pasos que anuncian una de las tradiciones más queridas por las familias queretanas: la procesión de miles de danzantes provenientes de varias partes del país.
César Quintanar: viene con su familia
“Pues es una de las tradiciones más bonitas que tiene Querétaro, esto de los danzantes. Año con año vengo con mi familia, venimos a pasar un rato agradable con las danzas que vienen de toda la República, los danzantes, algo muy bonito y algo muy cultural que viene identificando al estado de Querétaro”.
Uno de los eventos más esperados de la entidad
Para muchos queretanos, esta fiesta significa una cita imperdible que ha traspasado décadas, una herencia que se vive y se cuida.
María Escalante asiste cada año
“Estoy aquí desde 1981. Y para mí estas fiestas son esperadas cada año con mucha ilusión. A pesar del tráfico, a pesar de la gente, a pesar de todo, yo soy feliz en las danzas”.
José Olvera: siete décadas de tradición
“Es la única fiesta más grande de Querétaro, sí, cada año, yo nací aquí en Querétaro, 72 años tengo yo”.
María de los Ángeles le gusta acudir
“Yo cada año vengo y este, me gusta mucho, pues yo saliendo de trabajar, me vengo para acá. Ah, claro que sí".
Cecilia Torres su familia participa en la procesión
“Ah, es tradición estar aquí, porque es algo que llama mucho la atención y aquí danza mi hijo también”.
Un evento que permanece en los corazones que lo viven
Querétaro celebró una vez más su identidad y su orgullo. Una fiesta que no solo se vive, sino que se guarda en el corazón de quienes año con año se reúnen a presenciarla.
Con información de: Montse Macías, Fuerza Informativa Azteca.
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