Un pequeño local lleva más de 4 décadas haciendo tic tac. Don Jacobo trabaja desde hace 60 años reparando relojes. Sus manos, cansadas de sostener la lupa y herramientas que le han acompañado toda la vida, dicen que el oficio se ha mantenido con paciencia y con amor.
Pese a relojes digitales, sigue vigente el oficio. Aprendió el oficio desde muy joven; desde entonces nunca dejó la mesa de trabajo. Reconoce que los tiempos han cambiado: hoy casi todos quieren relojes digitales o utilizan el celular para ver la hora, pero aun así, su clientela no lo abandona, ni quienes aún gustan de utilizar relojes con manecillas.
Alberto Gutiérrez, Fuerza Informativa Azteca.
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