El consumo de bebidas energéticas entre niños y adolescentes ha aumentado significativamente en los últimos años. Estos productos contienen altos niveles de cafeína, taurina, glucuronolactona, guaraná, ginseng y azúcares añadidos.

¿Qué consecuencias tiene el consumo de estas bebidas?

Aunque se publicitan como seguros o incluso beneficiosos, varios estudios nacionales e internacionales señalan que en menores de 18 años pueden provocar problemas de sueño, ansiedad, dificultad para aprender, palpitaciones e incluso aumentar el riesgo de infartos.

¿Por qué son más vulnerables los niños y adolescentes a estos estimulantes?

El organismo en desarrollo de niños y adolescentes procesa la cafeína y otros ingredientes de forma diferente a los adultos, lo que los hace más susceptibles a efectos adversos.

Creación y edición de video: Montserrat Ortega.

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