Atole de calabaza hecho con amor en Tolimán, Querétaro
El atole de calabaza, una tradición que une generaciones en Tolimán; la señora Paulina Ramos mantiene viva la tradición
Es un atole que une a la comunidad, es de temporada, se comparte en las fiestas, con el único objetivo de pasar un buen rato juntos. Es el atole de calabaza hecho de forma artesanal.
Tradición que ha pasado de generación en generación
La señora Paulina tiene 73 años, es oriunda de San Pablo, Tolimán. Ahí aprendió de su madre a realizar este manjar culinario, una bebida con tradición familiar y que gusta mucho a todos los pobladores.
“Desde que tenía 8 o 9 años, le ayudaba a mi mamá a hacerlo, y ahorita lo sigo haciendo”, comentó Paulina Ramos Hipólito, quien se dedica a realizar el atole de calabaza.
Sabor y consistencia
Sus ingredientes, al mezclarse, dan con un sabor único, empezando con la calabaza picada, con cáscara y semilla, con la hoja de naranja agria, tequesquite, anís y trozos de piloncillo
Horas de esfuerzo, una actividad conjunta
La realización conlleva muchas horas de trabajo, de esfuerzo, al batir todos los ingredientes en una olla colocada en el fogón a la leña, por lo que es ya una actividad conjunta.
“Es pesado hacerlo, muchas horas y, aparte de muchas horas, pues se cansa uno de estarlo haciendo. Por eso uno tiene que decir: ‘si tienes hijos o hijas, ayúdame, hijo, o ayúdame, hija, a menearle un poco’, y ya ellos también están aprendiendo”, agregó.
Si no has probado esta delicia gastronómica, visita este poblado en este municipio del semidesierto queretano, donde las costumbres perduran a través del tiempo.
“Es un sabor muy exquisito, como ustedes lo acaban de, a lo mejor, degustar; a lo mejor muy dulce, muy suave y, pues sí, muy rico”, expresó Enriqueta Don Miguel Ramos, familiar de Paulina, sobre esta tradicional bebida.