Este jueves, Barcelona venció por la mínima al Espanyol y se coronó, de forma matemática, campeón de la liga española. En un duelo que se le complicó de más a los culés, dos genialidades de Lamine Yamal fueron suficientes para asegurar el trofeo. Aquí te contamos todos los detalles.
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Barcelona vence al Espanyol en su casa
Tras la remontada del Real Madrid ante el Mallorca el pasado miércoles, Barcelona estaba obligado a ganar su siguiente partido para asegurar su tercer título de la temporada. Sin embargo, debía enfrentarse al Espanyol, su histórico rival catalán, que está en busca de alejarse de los puestos de descenso. Aunque sobre el papel los blaugranas partían como favoritos, se esperaba que los ‘Periquitos’ ofrecieran una dura resistencia.
El encuentro, disputado en el RCDE Stadium, se vio pausado en varios lapsos de tiempo. Los primeros 45 minutos fueron totalmente del Barcelona. No obstante, la defensa local se plantó con solidez, impidiendo la mayoría de los ataques. El Espanyol parecía estar logrando su objetivo: dificultar al máximo la victoria culé.
A pesar de la situación, todo cambió en la segunda mitad. Los blaugranas se mostraron cada vez más cómodos en el campo, mientras que los blanquiazules no lograban encontrar un buen ritmo de juego. Fue hasta el minuto 53 cuando Lamine Yamal recortó hacia el centro y, con un increíble disparo con la zurda, mandó el balón al ángulo izquierdo de la portería resguardada por Joan García.
Con el marcador en su contra, el Espanyol cambió su estilo de juego. Aun así, el parado táctico de los dirigidos por Hansi Flick logró frenar varios ataques. En los últimos instantes del encuentro, Lamine Yamal encontró un hueco en la defensa catalana para asistir a Fermín López, quien, a media vuelta, puso el 2-0 definitivo.
Barcelona celebra entre aspersores prendidos por el Espanyol
Con el resultado obtenido esta tarde, el Barcelona aseguró matemáticamente un título de liga más. Tras el silbatazo final, los jugadores blaugranas comenzaron a celebrar su campeonato, y eso no puso nada contentos al Espanyol. En cuestión de minutos, los locales prendieron los aspersores para frenar el festejo, pero los culés continuaron con su accionar.
Al final, debido a los posibles problemas que dicha situación podía ocasionar, Hansi Flick ordenó a toda la plantilla a ingresar a los vestuarios para continuar en lo suyo.
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